Ordenes Militares
En el siglo XII se fundaron Ordenes de Caballería, de carácter militar, pero obligadas por votos religiosos, para ayudar a impulsar la reconquista de España. En el siglo XV las Ordenes -de Santiago, Calatrava y Alcántara en Castilla, de Montesa y San Juan en Aragón- ya eran unos cuerpos muy poderosos con grandes propiedades de tierras, ciudades y fortalezas. No mantenían sino una adhesión nominal a sus funciones religiosas; en 1540 se permitió a los caballeros de Calatrava y Alcántara que se casaran, privilegio del que siempre había gozado la Orden de Santiago.
Cada una de las Ordenes tenía varios centenares de miembros y poseía grandes extensiones en régimen señorial, llamadas encomiendas. Las de las órdenes castellanas estaban concentradas hacia la frontera con los musulmanes, en el sur. En 1616, cuando las ventas de las encomiendas habían reducido los dominios de las órdenes castellanas en un 20 por 100, la renta anual de los cinco grupos era la siguiente:
Las órdenes castellanas, bajo el mando de sus maestres, habían participado activamente en las agitaciones de la época de Enrique IV, e Isabel estaba decidida a controlarlas. No cabe duda de que Fernando estaba influido por su propio cálculo de que las rentas de las órdenes eran superiores a las del Reino de Nápoles. A la muerte del Maestre de Santiago, ocurrida en 1476, hubo una gran rivalidad por ocupar el cargo. Juan II aconsejó a su hijo Fernando que lo dejara vacante. En enero de 1477, cuando los electores se reunieron en Ocaña para elegir nuevo maestre, Isabel los visitó y les dijo que la solución más segura era elegir a Fernando. Respetaron su opinión, pero de todos modos eligieron a su propio candidato, que se mantuvo en el puesto hasta su muerte, ocurrida en 1499, y entonces lo sucedió Fernando. Entre tanto, también habían quedado vacantes los maestrazgos de las otras órdenes, el de Calatrava en 1487 y el de Alcántara en 1494; en ambas ocasiones se eligió al rey con carácter vitalicio. En 1523, reinando Carlos V, una bula papal permitió que los tres maestrazgos quedaran reunidos en la Corona. A partir de 1489 su administración empezó a quedar a cargo de un Consejo de Ordenes.
Bibliografía
Henry Kamen. (1984). Una sociedad conflictiva: España, 1469-1714. Madrid: Alianza.
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