2 nov 2013

Abelardo y Eloísa



Abelardo nació en 1079 en Le Pallet, Bretaña, una aldea próxima a Nantes. Berengario, su padre, era una persona culta e ilustre que pudo proporcionar una educación esmerada a su hijo. Siendo muy joven, Abelardo estaba destinado a la carrera militar, que luego abandono por su pasión por el estudio. A los 20 años, Abelardo se marchó a París, donde había una famosa escuela episcopal dirigida por Guillermo de Champeaux. 

En el año 1117 se convirtió en tutor de Eloísa, una bella joven de talento excepcional, sobrina de Fulberto, canónigo de París. Había nacido en 1101 y ella tenía entonces 17 años. Aquella mujer prefería mantenerse alejada de la frivolidad y así poder dedicarse enteramente al estudio. Abelardo encontró en ella a su alma gemela. Abelardo y Eloísa se enamoraron y mantuvieron una relación en secreto. Cuando Eloísa quedó embarazada, Abelardo decidió raptarla por temor a las represalias del tío de la joven. La condujo a Bretaña, donde ambos se casaron y tuvieron a un niño llamado Astrolabio. 



Pero cuando la pareja regresó a París, Fulberto lo esperaba para ejecutar su venganza: mutilo al amante de su sobrina. Eloísa, por su parte, tomaría los hábitos en la abadía de Saint-Argenteuil y Abelardo ingresaría en el convento de Saint-Denis. 

Su primera obra publicada es un tratado sobre la Trinidad (1121), que fue condenada y quemada por un concilio católico de Soissons en ese mismo año. Abelardo fue un hombre que se gano muchos conflictos debido a su razonamiento teológico  Más adelante, abandonaría el claustro para dedicarse nuevamente a la enseñanza y al debate filosófico, aumentando su fama y con ello, la cantidad de seguidores y adversarios. Abelardo, debido a sus ideas, fue rechazado por los monjes de Saint-Denis, por lo que se retiró a la diócesis de Troyes donde se comprometió con una vida austera y rigurosa. Allí fundó la escuela del Paracleto. Durante el Concilio de Sens, en 1140, Bernando de Claraval, que considera poco respetuosos los métodos dialécticos de Abelardo, logro que este fuera condenado por sus escritos.

Abelardo y Eloísa siempre se mantuvieron contactados mediante cartas de amor. Este es un fragmento de una de las cartas de Eloísa: "...el tiempo, que todo consume, no ha podido destruir el odio de estos contra ti, y tu virtud se ve aún perseguida, prometo publicar nuestras desgracias en diferentes idiomas para avergonzar al siglo injusto que no te ha conocido: nada omitiré...". Hay una frase en una de las cartas de Abelardo, que dice: "Hice voto de olvidarte, y sólo he olvidado el voto". 


Sepulcro de Abelardo y Eloísa

Abelardo murió en la abadía de Saint-Marcel, en Chalon-sur-Saône, el 21 de abril de 1142. Su amada reclamó su cuerpo. Eloísa murió en 1163. Fue en 1808 cuando los restos de ambos amantes pudieron descansar juntos. Y en el año 1817 sus restos fueron trasladados al cementerio de Père-Lachaise de París. Abelardo y Eloísa, ambos conocidos por su erudición, nunca dejaron de lado el amor que sentían.

7 comentarios:

  1. Una historia de amor muy hermosa pero a la vez triste. Les unio su amor al conocimiento y fue algo muy hermoso.
    Sigo tu blog,pasate por el mio cuando quieras,llevo tiempo publicando una historia :3

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  2. Si, es lamentable que hubiesen pasado tan poco tiempo juntos. Y si ahora sigo tu blog, empece leyendo la primera entrada y me ha gustado mucho la historia, a pesar de que voy comenzando. Espero que sigamos en contacto (:

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  3. Que bonito! ¿Una pequeña familia no?

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  4. Si, y es una lastima que no se conozca nada del hijo de Eloísa y Abelardo. Una familia donde el tío de tu novia te corta el miembro. Aunque era un castigo bastante común

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  5. Astrolabio era el nombre de su hijo, pero ciertamente nada se sabe de él....En la nueva serie de "Los Borgias" de Showtime, César Borgia está siempre aludiendo a que él es Abelardo y su hermana es Heloisa....no te digo más...el amor entre ellos fue mítico.

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  6. Si, en la serie su amor por ella es muy desmedido. Aunque quien sabe si en realidad fue incestobo puro carno filial

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  7. Con frecuencia los mentores acababan enamorados de sus pupilas en la historia, Abelardo no fue el primero de ellos ni el último. Sabes de algún otro?

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