Miniatura de Ana Bolena atribuida a John Hoskins.
Orígenes
Sus orígenes familiares están divididos a la opinión. Sus partidarios elogiaron su ascendencia, mientras que sus oponentes se burlaron de ella como una advenediza. En realidad, era el producto de una mezcla social característicamente inglesa.
Por parte de su padre, Ana descendía de una línea de comerciantes.
Su bisabuelo, Geoffrey Bolena, fue el fundador de la fortuna de la familia. Era un mercero en Londres, quien se desempeñó como alcalde en 1457-8 y recibió el título de caballero. Compró dos asentamientos para la familia, Blickling en Norfolk y Hever en Kent. Murió en 1463. Sir William, el abuelo de Ana, era el segundo hijo de Geoffrey y heredero eventual. A diferencia de su padre aspirante, se contentaba con la vida de un caballero próspero. Pero el hijo mayor de William, Tomas, padre de Ana, adquirió el gusto por la política y se unió al servicio del rey, donde ascendió rápidamente.
Blickling Hall, en Norfolk
Castillo de Hever en Kent
Todos los hombres Bolena se habían casado bien, estableciéndose con familias nobles. Y, con cada generación sucesiva, el rango de sus esposas fue superior: Geoffrey se caso con la hija de un barón, William se caso con la hija y co-heredera de Thomas Butler, conde de Ormonde y Lord Chambelan de Catalina de Aragón, y Tomas obtuvo el mejor partido de todos, ya que su esposa Isabel, era hija del segundo duque de Norfolk y hermana del tercero.
La "sangre real pura", que naturalmente enfatizaban los partidarios de Ana para eliminar el tinte de los paños, derivaba de su madre. Lady Elizabeth Howard descendía del rey Eduardo I y su segunda esposa, Margarita de Francia, cuyo hijo Thomas de Brotherton había sido nombrado conde de Norfolk.
Educación
Tomas Bolena
Tomas e Isabel se casaron en 1500 y tuvieron a sus tres hijos sobrevivientes en rápida sucesión. La mayor, María, era una chica plácida y sin complicaciones. Pero ella era muy atractiva para los hombres. Ana y su hermano Jorge, el benjamín de la familia, eran diferentes. Eran inteligentes, ambiciosos y vinculados por un afecto mutuo. Su padre reconoció su talento e hizo lo mejor que pudo para nutrirlo.
Países Bajos
La archiduquesa Margarita
Curiosamente, la educación de Ana está mucho mejor documentada que la de su hermano. Su educación comenzó en la casa de la archiduquesa Margarita, hija del emperador Maximiliano. En su juventud se había casado tres veces en rápida sucesión: con Carlos VIII de Francia, quien la repudió, con el hermano de Catalina de Aragón, Juan, que murió prematuramente, y con el duque de Saboya, que también murió joven. Al haberse quedado viuda de su tercer marido a la edad de veinticuatro años, regresó a su país natal, Países Bajos, donde dos años más tarde se convirtió en regente de el futuro Carlos V, que era su sobrino a través de su padre, Felipe el Hermoso, y sobrino de Catalina de Aragón por parte de madre, Juana la Loca. También supervisó la educación de Carlos y sus hermanas Leonor, Isabel y María.
El príncipe Carlos, futuro emperador del Sacro Imperio Romano
Era una tarea para la que Margarita estaba bien preparada, tanto emocional como intelectualmente. A pesar de sus tres matrimonios, no tenía hijos propios que la distrajeran y ella era políglota, una poeta competente en latín y en francés, una importante mecenas de Malinas. Gran parte del palacio sigue en pie, y, con su ladrillos brillantes estampados y largas galerías sobre columnas de piedra y arcos de estilo clásico. Por último, la Archiduquesa era hábilmente política y de carácter formidable.
El palacio de Malinas
El resultado fue que su corte se convirtió en algo así como una escuela internacional, donde la élite de tres o cuatro países compitieron para conseguir un puesto a sus hijos e hijas en la corte de Margarita. Allí, sus padres pueden estar seguros, sus descendientes no sólo sería bien educados y formados sino también junto a Carlos, que era el futuro gobernante de la mitad de Europa, y sus hermanas, que serían las reinas de Portugal, Dinamarca y Hungría.
Tomas Bolena encuentra en la corte de Margarita un puesto como embajador inglés en los Países Bajos en 1512-13. Él provoco una buena impresión así como el mismo quedo impresionado. Cuando tuvo audiencia con la archiduquesa, la encontró rodeada de damas de honor que incluía nativas de Francia, España e Inglaterra, así como de los Países Bajos. Bolena, y siempre con buen ojo para la oportunidad principal, decidió que su inteligente hija debería unirse a su número.
La segunda hija de Bolena fue muy bien recibida. Ana recibió una la instrucción formal en francés por Symonnet, un tutor en casa de la archiduquesa. Comenzó sus lecciones, escribiendo las letras que él había compuesto para que ella las copiara. Luego, en la etapa siguiente, se trasladó a ejercicios de dictado que sobreviven, en la forma de una carta enviada a su padre. Fue escrita en La Vure, y see estima que fue redactada en el verano de 1514. La Vure, ahora sabemos por su nombre flamenco de Terveuren, fue el castillo situado en un parque de setecientos acres en las afueras de Bruselas, que Margarita utilizaba como residencia de verano para ella y sus jóvenes pupilos.
Ana comienza dando las gracias a su padre por su carta en la que exponía sus esperanzas para su hija.
"Señor, entiendo por su carta que deseáis que me presente en la corte convertida en una dama respetable y que la reina también se sienta complacida en conversar conmigo. Eso me alegra mucho cuando pienso que platicaré con una mujer tan inteligente y virtuosa como ella; por lo tanto, me estimula todavía más continuar hablando y escribiendo en francés, especialmente porque vós me lo habéis dicho y me habéis aconsejado que pusiera mucho esfuerzo de mi parte en ese cometido. Señor, le ruego que me perdone si esta misiva está mal escrita: le puedo asegurar que la ortografía procede enteramente de mi cabeza, mientras que las otras cartas era resultado únicamente de mis manos; y Semmonet me dijo que me dejaba redactarla por mi cuenta y que nadie más sabría lo que le estoy escribiendo. "[....]
Carta de Ana Bolena dirigida a su padre.
Pero, gracias a la enseñanza de Symonnet y al estímulo de la archiduquesa, Ana logro rápidos progresos. Es obvio que Ana prosperó, exactamente como había esperado sir Tomas, ya que en una carta sin fecha de la archiduquesa Margarita al padre le canta sus alabanzas: «La encuentro tan presentable y tan grata, considerando su joven edad, que os estoy muy agradecida de que me la hayáis enviado...» En mayo del año siguiente, la archiduquesa anunció su intención de pasar el verano una vez más en La Vure. Luego, en agosto, llegó una importante noticia.
Los tratados anglo-franceses se proclamaron el 10 de agosto de 1514. Cuatro días más tarde, Tomas Bolena escribió a Margarita para informarle de la celebración del matrimonio de María Tudor, la hermana de Enrique VIII con el rey francés Luis XII y le dijo que María había pedido específicamente por su hija, "la petite Boulain", como una de sus asistentes.
Bolena rogó a la archiduquesa estar complacida con la noticia. Ella ciertamente no lo estaba.
Francia
Matrimonio de María Tudor con Luis XII
Ana fue enviada al país galo, junto a su hermana María, como dama de honor de María Tudor, quien se había convertido en reina de Francia al casarse con el rey Luis XII. A la muerte de éste, sucedida unos meses después del enlace, le sucedió Francisco I, y Ana permaneció en la corte como dama de honor, esta vez de Claudia de Francia, la esposa de Francisco. Allí conocería y trabaría amistad con la hermana del rey, la célebre Margarita de Angulema, de quien se dice ilustró a Ana en los caminos de la religión reformada, así como de la literatura, la poesía y el humanismo. Sin embargo, lo más importante que Ana aprendería en Francia sería otra cosa. Durante su estancia en la corte gala, Ana aprendería y dominaría completamente las artes de la etiqueta, el encanto y la pericia que tan célebre la harían posteriormente en su país natal. La joven inglesa adoptó como propios los comportamientos y modas franceses, considerados entonces como el epítome de la sofisticación y la elegancia.
Margarita de Angulema, hermana de Francisco I
La reina Claudia, en contraste con la archiduquesa Margarita, tenía poco que enseñar a Ana. Era casi de la misma edad que Ana (si nos basamos en la teoría de que Ana nació en 1501). Ella no tenía ninguna influencia sobre su marido, Francisco I, quien se dedicó a su madre, la dominante Luisa de Saboya. Claudia sufría una leve deformidad, era piadosa y estaba constantemente embarazada.
La reina Claudia de Francia
Francisco I de Francia
Las lecciones que aprendió Ana en Francia eran más agradables. La corte de Francisco I era el centro de una avanzada y brillante cultura, de estilo italiano. Y el rey de Francia fue el caballero perfecto para todas las mujeres, excepto para su esposa.
Ana prosperó en este ambiente de cultivo con estilo. Años más tarde, sus logros fueron recordados todavía en sus habilidades musicales, el aprendizaje "cantar y bailar ... {y} para tocar el laúd y otros instrumentos».
Pero el instrumento en el que se convirtió en la más adepta era ella misma. "Ella era hermosa, tenía una figura elegante y unos ojos que eran aún más atractivos".
Regreso a Inglaterra
Miniatura de Ana Bolena
En 1521, ante la amenaza de guerra entre Inglaterra y Francia, Ana regresó a su país natal, donde debía casarse con su primo irlandés, James Butler, para solucionar una disputa sobre la posesión del condado de Ormonde. Por razones que se desconocen, las negociaciones del matrimonio entre James y Ana quedaron en punto muerto, y él terminaría casándose con lady Joan Fitzgerald. Tras este fracaso, Ana se integró en la corte inglesa; su primera aparición en escena está datada el 4 de marzo de 1522, cuando participó en un espectáculo en honor de los embajadores imperiales junto a otras damas (entre las que se encontraba la hermana del rey, María), y donde interpretó a la Perseverancia.
Ana Bolena aprendió el arte de agradar en la corte, pero era el arte de agradar con su ingenio y sus dotes: conversación sofisticada, comentarios interesantes, alusiones coquetas, ésas eran sus armas; tal vez hacia promesas corteses, pero no era cuestión de cumplirlas. Cuando Ana Bolena regreso a Inglaterra, pudo hacerlo como "una mujer de reputación honesta"; ningún comentario enturbiaba su nombre.
Nos damos cuenta como la educación de Ana Bolena en las cortes de Francia y Países Bajos influyo en su futura vida como reina de Inglaterra. Adquirió un exquisito gusto por el arte, posiblemente como parte del legado que le transmitió Margarita. O su apego a las sofisticadas vestimentas y maneras francesas marcarían el estilo de su corte como reina. La archiduquesa Margarita era partidaria del amor cortes, una actitud que adopto Ana años después.
Bibliografia
Starkey, David: Six Wives, Harper, New York, 2004.
Fraser, Antonia: Las Seis Esposas de Enrique VIII, Ediciones B, Barcelona, 2007.
Historia en femenino
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