"Obligada a obedecer y a servir"
Nacimiento y primeros años
Jane Seymour nació en la nobleza rural de Wiltshire, entre 1508 y 1509. Debido al hecho de que veintinueve damas cabalgaron en su procesión fúnebre de 1537, una forma común de marcar la edad del fallecido, parece probable que Jane haya nacido en algún punto entre octubre de 1507 o de 1508. Como el resto de sus hermanos, es casi seguro que nació en Wolfhall (Norton, 2009, p. 11).
En el siglo XIX surgió una historia acerca de que Jane pasó tiempo en Francia como dama de María Tudor y después de la reina Claudia; se basa en la identificación de un retrato en Louvre como Jane. Sin embargo, no hay pruebas de que ella haya salido de Inglaterra. (Norton, p. 12)
Los Seymour eran una familia respetable y de rancio abolengo. Su pasado normando (el apellido original era St. Maur) era un tanto oscuro, si bien se decía que un Seigneur Wido de Saint Maur había llegado a Inglaterra con la conquista. Posteriormente, desde Monmouthshire y el castillo Penbow, los Seymour se trasladaron al oeste de Inglaterra, a mediados del siglo XIV, por el matrimonio de sir Roger Seymour con Cecily, única heredera de lord Beauchamp de Hache. Otros matrimonios clave trajeron prosperidad a la familia. Wolf Hall, en Wiltshire, por ejemplo, vino con el matrimonio de un Seymour con Matilda Esturmy, hija del Orador de los Comunes, en 1405. Otra unión provechosa que aportó vínculos mercantiles semejantes a los de los Bolena, fue el de Isabel, hija y heredera de Mark William, alcalde de Bristol, con un Seymour en 1424. (Fraser, 2007, p. 357)
Sir John Seymour, el padre de Jane, nació alrededor de 1474 y fue nombrado caballero en el campo por Enrique VII, en la batalla de Blackheath (1497). Desde ese prometedor comienzo, pasó a gozar del favor real durante todo el reinado siguiente. Al igual que sir Thomas Bolena, acompaño a Enrique VIII en su campaña francesa de 1513, estuvo presente en el Campo del Paño de Oro y en la reunión en Canterbury con Carlos V. En 1532, se convirtió en Hidalgo del Dormitorio. En el ámbito local, como Bolena, había sido sheriff en Wiltshire y en Dorset. Era una carrera poco notable, pero que lo situó cerca del monarca durante toda su vida adulta. La madre de Jane, Margery Wentworth, descendía de Eduardo III. (Fraser, p. 357-8)
La vasta familia de sir John Seymour estaba conformada por cuatro varones: John (fallecido en la infancia), Eduardo, Enrique y Tomás. Jane era la quinta hija, pero la mayor entre las mujeres; le seguían Elizabeth, Dorothy y Margery.
Los hermanos más destacados, después de Jane, serían Eduardo y Tomás. Ambos eran inteligentes y ambiciosos; además, con creencias religiosas muy distintas a las de su hermana, pues estaban interesados en la Reforma.
Dama de la corte
Varios historiadores han supuesto que, en agosto de 1533 o incluso antes, Jane abandonó la casa de Catalina para unirse a la de Ana. En la lista de regalos de Año Nuevo de 1534, una de las damas de la reina que recibió obsequio del rey es llamada "Sra. Seymour". Esto a menudo se toma como evidencia de que Jane sirvió a la reina Ana durante la mayor parte de su breve reinado. Si bien hay posibilidades de que esta "Sra. Seymour" sea Jane, de ninguna manera es seguro. Es extraño que no vuelva a ser mencionada sino hasta 1536, cuando llamó la atención del rey. Fuller, en "Los notables de Inglaterra", que parece haber tenido acceso a fuentes sobre Jane que ya no existen, declaró que un incidente entre Ana y Jane tuvo lugar a principios de 1536, fue cuando Jane llegó por primera vez a la corte. La señora Seymour mencionada en la lista de regalos de 1534 no necesariamente tiene que ser Jane. Para ese Año Nuevo, el hermano mayor de Jane, Eduardo, se había casado con Ana Stanhope. En el siglo XVI, era convencional que tanto mujeres casadas como solteras fueras llamadas "señora". Y es más probable que la dama fuera Ana Stanhope. Jane, como miembro de la casa de Catalina de Aragón, pudo haber perdido un cargo en la de Ana. Regresó a Wolf Hall en el verano de 1533. (Norton, p. 36-7).
Jane Asher, en Enrique VIII y sus seis esposas, fuente de imagen
La cuestión del matrimonio de Jane no estaba completamente olvidada; a su regreso al hogar, le fue sugerido un matrimonio. A mediados de 1534, sir Francis Bryan encontró un candidato en el único hijo sobreviviente de sir Robert y lady Dormer. Los Dormer vivían en Buckinghamshire, no muy lejos de la casa de los Seymour. Fueron prósperos comerciantes de lana y sir Robert ganó prominencia en la corte como miembro del Parlamento. William Dormer, con el estatus y la riqueza de su familia, era un buen partido para Jane. Los Dormer, en cambio, no estaban tan conformes con el matrimonio. La historia que circulaba alrededor de los Dormer era que el matrimonio fue rechazado debido a la notoria reputación de sir Francis. Si bien, esta podría haber sido una de las razones por las que no se recomendó el partido, no era su principal preocupación. Jane no era una heredera y no aportaría una gran dote (Norton, p. 41-44).
Apariencia y personalidad
Polydore Vergil la describió como "una mujer de sumo encanto tanto en el aspecto como en el carácter", y el amigo del rey, sir John Russell, la consideraba "la más bella de todas sus esposas", pero también es probable que eso fuera lealtad al peso dinástico de Jane. (Fraser, p. 360). El 18 de mayo de 1536, Chapuys dirigió un despacho a Antoine Perrenot, ministro de Carlos V, en lugar de al mismo emperador. Liberado del decoro de escribir a su soberano, el embajador se expresó sin rodeos (Starkey, 2003, p. 584-5):
"Ella es de mediana estatura, y nadie la considera una gran belleza. Su tez es tan blanquecina que puede llamarse más bien pálida [...] Puedes imaginar si, siendo inglesa y habiendo pasado tanto tiempo en la corte, no consideraría pecado ser virgen todavía [...] Ella no es una mujer de gran ingenio [...] Se dice que ella es bastante orgullosa y altiva. Parece tener buena voluntad y respeto hacia María. No estoy seguro si más tarde los honores acumulados en ella no la harán cambiar de opinión"
En el retrato de Holbein podemos distinguir una nariz grande, cara ovalada y frente amplia. Jane no era una belleza exótica como Ana; con su tez blanca y su comportamiento modesto, seguramente se apegaba más al clásico modelo de reina medieval. La misma sencillez de Jane debió ser un imán para Enrique. Ana había sido emocionante como amante, pero como esposa, era demasiado exigente y tempestuosa. Y es probable que el rey se sintiera atraído por el gran contraste.
Jane no recibió una educación esmerada como la de Ana, pero no era una ignorante, como a veces se sugiere. Ella recibió la formación promedio de una dama del siglo XVI, enfocada en el ámbito doméstico, como el bordado o la administración de un hogar.
De acuerdo con David Starkey, "...ella, como Ana Bolena, había atraído al rey lejos de su esposa. Pero mientras Ana sería retratada como una bruja, Jane sería recordada para siempre como una santa". Hasta cierto punto, estoy de acuerdo con esta afirmación. Imperaba una gran doble moral y ciertos escrúpulos (respecto al adulterio, por ejemplo) aplicaban solo cuando era conveniente. Mientras que Ana fue la ramera despreciable que apartó a Catalina, Jane sería la gentil dama que liberaría al rey del embrujo de su segunda esposa. Para la primera fue traición, para la segunda el debido castigo. Sin embargo, no considero que Ana y Jane sean culpables por haber reemplazado a una reina. A fin de cuentas, ambas eran mujeres subordinadas a la autoridad del rey y a la de sus familias.
Jane demostró bastante prudencia y jugó bien su papel de consorte pasiva. Intentó abogar por la restauración de las abadías y la rehabilitación de María Tudor, lo cual demuestra que no era tan mansa como la describen los contemporáneos. Sospecho, incluso, que de haber sobrevivido al parto, habría ejercido cierta influencia como reina (tal vez, como contrapeso de la Reforma). Durante su breve reinado lo intentó, con cautela.
Romance real
En septiembre de 1535, cuando Enrique VIII y la reina Ana se acercaban al final de su progreso de verano, visitaron Wolf Hall. Esta circunstancia ha provocado que se suponga que fue en septiembre de 1535 cuando el rey comenzó a perseguir a Jane, así como el declive de Ana. Sin embargo, no hay evidencia de que Jane estuvo presente durante la visita, y hay muchas pruebas de que el rey había estado al tanto de su presencia en la corte durante varios años (Loades, 2014). En "Los notables de Inglaterra", de Fuller, se narra que, al poco tiempo de llegar a la corte, la reina Ana notó que Jane traía una espléndida joya que colgaba de su cuello. Le ordenó que le mostrara el medallón. Jane se ruborizó y retrocedió, pero la reina se lo arrancó violentamente, encontrando en el interior una miniatura del rey.
La muerte de Catalina de Aragón y el aborto de Ana Bolena en enero de 1536 cambiaron la situación de Jane Seymour. Ahora Enrique podía repudiar su segundo matrimonio sin necesidad de reafirmar el primero.
Es posible que la naturaleza de los sentimientos de Enrique por Jane cambiarán más o menos a mediados de marzo. La última sesión del Parlamento de la Reforma se inauguró el 4 de febrero. En un primer momento, Enrique alternó entre Greenwich y York Place, pasando unos días en cada uno. Pero, cuando el proyecto de ley para la disolución de los monasterios mostró signos de adherencia, se mudó a York Place durante todo el mes de marzo. Mientras tanto, Jane se mantuvo en Greenwich. Enrique le envió un regalo valioso. Consistía en "una bolsa llena de soberanos" y una carta. (Starkey, p. 589)
"...después de besar la carta, la devolvió sin abrir al mensajero, y arrodillándose ante él, le rogó al mensajero que dijera al rey de su parte que considerará que ella era una mujer gentil de padres buenos y honorables, sin reproche, y que ella no tenía mayores riquezas en el mundo que su honor, que no heriría por mil muertes, y que si él deseaba hacerle algún regalo en dinero, le rogaba que fuera cuando Dios le permitiera un matrimonio honorable." (Carta de Chapuys a Carlos V, 1 de abril de 1536).
Unas semanas después de este suceso, el 18 de abril, Jane, acompañada por su hermano, Eduardo y la esposa de él, se trasladaron a los apartamentos de Cromwell en Greenwich. Esta fue la señal oficial de que Cromwell se había unido a ellos para librarse de la reina (Fraser, p. 368-9).
"Dicha marquesa me ha enviado a decir que con esto el amor y el deseo del rey hacia dicha dama aumentaron maravillosamente, y que él había dicho que ella se había comportado de la manera más virtuosa, y para mostrarle que solo la amaba honorablemente; Por esta razón, el rey ha hecho que Cromwell se retire de una cámara a la que el rey puede pasar por ciertas galerías sin ser percibido, y ha alojado allí al hermano mayor de dicha dama con su esposa, para traer a la misma joven, quien ha sido bien enseñada en su mayor parte por aquellos íntimos con el rey, quienes odian a la concubina, que de ninguna manera debe cumplir con los deseos del rey, excepto por medio del matrimonio; en lo que ella es bastante firme. También se le aconseja decirle al rey con valentía cómo la gente detesta su matrimonio, y ninguno lo considera lícito [...]". (Continuación de carta de Chapuys)
Jane contaba con muchos partidarios. Los principales eran Gertrude, marquesa de Exeter, y sir Nicholas Carew. Las actividades de Gertrude fueron apoyadas por amigos y parientes de la alta nobleza conservadora, como Montague. Carew contaba con el respaldo de sus entusiastas colegas de la Cámara Privada, como sir Anthony Browne y sir John Russell. Incluso, sir Francis Bryan, una vez tan estrechamente identificado con Ana, había pasado a ser enemigo de la facción Bolena (Starkey, p.587).
¿Cuáles eran los sentimientos de Jane? Es difícil saberlo, ya que no sobreviven cartas en las que conste su sentir respecto a su casamiento. Es poco probable que su reacción fuera de "brincos de alegría". Después de todo, fue testigo de la caída de dos reinas, a manos de un rey cada vez más impredecible y tiránico, con las que no logró concebir un hijo (siendo ambas de linaje fértil). Seguramente muchos empezaban a sospechar lo que nadie se atrevía a decir en voz alta: el rey era el problema. Y esa era una perspectiva terrible para la siguiente consorte.
Compromiso
El arresto de Ana provocó una separación temporal. Enrique no podía protestar por la supuesta mala conducta de su esposa si era visto en público con otra mujer. Así que, por decencia, Jane se retiró de la corte. La elección de su refugio tiene su propio significado. Ella fue enviada a Beddington, la lujosa casa de los Carew. También fue Carew quien fue enviado para traerla de vuelta a la capital el 14 de mayo, el día antes del juicio de Ana. Ella se alojó en Chelsea, antigua casa de Tomás Moro, ubicada en el río, a solo un corto paseo en barco de York Place. Jane tenía ahora el trono en todo menos en nombre. "Ella está muy bien servida por el cocinero del rey y los otros oficiales", informó Chapuys, "está (también) más espléndidamente vestida" (Starkey, p. 590-1).
En la mañana del día 14 de mayo, Enrique informó a Jane que a las 3 en punto le enviaría noticias de la condena de Ana. A la hora señalada, Bryan se presentó con las buenas noticias. El día 17, Cranmer proclamó que el matrimonio de Enrique y Ana era nulo. El 19 de mayo de 1536 llegó la mejor noticia de todas: Ana había sido decapitada. De acuerdo con Chapuys, "el rey, inmediatamente después de recibir la noticia de la decapitación de Ana, entró en su barca y fue hacia Jane" en Chelsea (Idem).
Referencias
Fraser, A. (2007) Las Seis Esposas de Enrique VIII. Barcelona: Ediciones B.
Loades, D. (2014) The Six Wives of Henry VIII. Amberley Publishing Limited. Disponible en https://books.google.com.mx/books?id=dCVmBAAAQBAJ&lpg=PP1&pg=PP1#v=onepage&q&f=false [22/06/20]
Norton, E. (2009) Jane Seymour: Henry VIII's True Love. Amberley Publishing. Disponible en: https://books.google.com.mx/books?id=FiXjKTkR0QYC&lpg=PP1&pg=PP1#v=onepage&q&f=false [20/06/20]
Starkey, D. (2003) Six Wives: The Queens of Henry VIII. Nueva York: HarperCollins.
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