30 nov 2016

Etiqueta de la casa de Austria (parte 2)

A pesar de la indudable influencia borgoñona, el ceremonial de la corte española tendría desde 1548 un carácter necesariamente sincrético, conservando múltiples elementos que provenían de la tradición castellano-aragonesa de los Trastámara. Un suceso se produjo con la llegada de Isabel de Portugal, tras su matrimonio con Carlos de Austria celebrado el 11 de marzo de 1526. Aunque en un principio la casa de la reina fue respetada y mantuvo la estructura establecida para su servicio en España, las Cortes de Madrid de 1528 reivindicaron que las altas dignidades fueran personas del reino de Castilla, que conociesen sus costumbres, y no exclusivamente portugueses, como así Juan III, el hermano de Isabel, lo había establecido, iniciándose una reforma. 


Aún así, las etiquetas eran muy parecidas ya que, cuando María de Aragón, hija de los Reyes Católicos y madre de Isabel de Portugal, falleció, su hija heredó muchos de los antiguos oficiales que le habían servido. Se trataba entonces de castellanizar su casa con el propósito de que cuando su marido abandonase España, Isabel tuviera que ejercer como regente, se hubiera ganado el favor de la corte. 
Cuando Juan Sigoney redacta en Valladolid la etiqueta para la organización de la casa de Felipe II, se observa como convivieron sus reglas con diversas costumbres regias del protocolo de Castilla, Aragón y Portugal. 
Antes de la llegada a España del protocolo borgoñón, el número de oficiales era muy reducido. La casa de Juana de Austria, que guardaba la estructura castellana establecida por Isabel I, poseía una organización similar formada por capilla, cámara y caballeriza, constó de una servidumbre formada por 34 personas y, más tarde en los primeros años del siglo XVI tan sólo de 151 frente a los 665 que se establecieron para el servicio del príncipe Carlos el 25 de octubre de 1515.

Estructura de la Casa Real
Estaba articulada en cuatro dependencias: la Casa Real propiamente dicha, dirigida por el mayordomo mayor, encargado de la administración, alimentación y alojamiento del monarca, la familia real y todos los criados; la Cámara Real, cuyo jefe era el sumiller de corps, encargado del servicio personal del monarca; la Real Caballeriza, encabezada por el caballerizo mayor, encargado del transporte y, finalmente, la Real Capilla, a cuyo frente se situaba el limosnero mayor, dedicado a supervisar todo lo referente al servicio religioso en el Alcázar.

La asistencia médica al monarca, su familia y todos los criados de su casa estaba encomendada a una serie de profesionales, ordenados jerárquicamente en: médicos de cámara, médicos de familia, cirujanos, sangradores y sangradores del común. 

  • Los médicos de cámara constituían la más alta categoría médica que se podía alcanzar al servicio real. Eran los encargados de tratar cualquier tipo de dolencia del rey, la reina, los príncipes e infantes. Diariamente visitaban a la reina y a los infantes para comprobar su estado de salud. Tenían un control exhaustivo sobre los alimentos y bebidas que tomaban.
  • Los médicos de familia: Estaban encargados de la salud de todos los criados de la Casa Real, desde el mayordomo mayor hasta el último de los mozos de oficio. Eran doce médicos de familia, ocho para la Casa del Rey y cuatro para la Casa de la Reina. La primera noticia que tenemos de ellos es en las etiquetas de la reina Ana de Austria.
  • Cirujanos: Sus obligaciones eran las mismas que las de los médicos de familia.
  • Sangradores: Eran tres al servicio exclusivo del rey. No podían abandonar la ciudad sin permiso del mayordomo mayor y siempre debían estar preparados para cualquier desplazamiento real. 
  • Sangradores del común: Uno para todos los criados reales.
La etiqueta borgoñona para la casa de la reina no se impuso hasta el reinado de Felipe II, pues la madre de Felipe adoptó las maneras portuguesas durante su reinado. Las primeras etiquetas para el gobierno de la casa de la reina aparecen cuando Felipe II las dicta para su cuarta esposa, Ana de Austria. La casa de la reina tenía idéntica estructura a la del rey, sólo se diferenciaba en la Cámara Real. Ésta estaba dirigida por la camarera mayor, que tenía a su cargo a toda una serie de mujeres encargadas del servicio personal de la reina, desde su acompañamiento (damas de honor, dueñas de honor y damas) hasta encargadas de su aseo, vestimenta y limpieza de su cuarto. 

Ana de Austria

De una manera desmesurada, Carlos II, El Hechizado, sucesor de Felipe IV y último rey de la dinastía de Habsburgo, siguió las normas dictadas por el protocolo borgoñón en su búsqueda de recuperar el fausto de sus antepasados, a consecuencia de sus problemas de salud y de la situación de España en decadencia respecto a otras épocas. Cabe mencionar que el protocolo borgoñón no desapareció con la llegada de la casa de Borbón, a pesar de la corte afrancesada de Felipe V, el primer Borbón en España, mantuvo muchas tradiciones de los Habsburgo. Por ejemplo, la utilización de la pila de Santo Domingo de Guzmán en el ritual de bautizo se ha conservado.


Bibliografía
Baladejo Martinez, María. (2008). Fasto y etiqueta de la casa de Austria. Noviembre de 2016, de Revistas Científicas de la Universidad de Murcia Sitio web: http://revistas.um.es/

https://www.protocolo.org

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