1 dic 2020

Leonor de Austria, reina de Portugal y de Francia



Nacimiento y primeros años
La primogénita de Juana de Castilla y Felipe de Habsburgo nació el 15 de noviembre de 1498 en Lovaina, cerca de Bruselas. Aunque el sexo de la recién nacida provocó decepción, el parto había sido rápido y fácil, a pesar de que la madre era primeriza. Fue bautizada en la catedral de Santa Gúdula; sus padrinos fueron su abuelo, el emperador Maximiliano, y la madrastra de este, Margarita de York. En 1506, sus padres viajaron a Castilla para asumir el trono. 

Leonor permaneció en Flandes bajo el cuidado de su tía, Margarita de Austria. Se crió junto a su hermano Carlos y sus hermanas, Isabel y María. A pesar de la ausencia de sus padres, tuvieron una infancia feliz. Además de sus estudios, se dedicaban a divertirse. Por ejemplo, se paseaban en el carro o se deslizaban sobre un trineo cuando nevaba.

En sus primeros años, las archiduquesas eran supervisadas por Anne de Beaumont. Bajo las enseñanzas de Henry Bredemerst, aprendieron a tocar la espineta y el clavicordio. Practicaban su escritura enviando mensajes cordiales dentro de su propia familia. Por ejemplo, en una misiva que data aproximadamente de 1507, Leonor le comunica a su tía: notre grant Pere nous a venu visiter de quoy nous avons un grant joie [nuestro abuelo nos visitó, lo que nos hizo muy felices]. Aunque los niños eran capaces de escribir a su tía de su propia mano, también usaron secretarios, que también eran empleados para traducir las cartas, pues no todos los Habsburgo tenían un idioma común. La mayoría de los miembros de la familia dominaban al menos dos idiomas, aprendiendo el segundo en la adultez. 
En 1512, cuando Leonor tenía catorce, Margarita menciona en una carta al secretario de las niñas, Jean Le Veau. 

Los hijos de Juana y Felipe tuvieron una enorme importancia en el tablero político de la Europa del siglo XVI. Durante sus primeros años, Leonor tuvo varias propuestas matrimoniales. En 1510, se discutió su unión con el duque Antonio de Lorena. En 1514, fue solicitada como esposa para Cristián II de Dinamarca, pero el emperador prefirió concederle la mano de Isabel. El emperador también contempló la posibilidad de comprometer a Leonor con el rey de Polonia. Otro candidato fue el futuro Enrique VIII de Inglaterra. En 1514, Luis XII de Francia quiso volver a casarse y Fernando propuso como novia a su nieta Leonor.

A los dieciocho años, Leonor se enamoró de Federico del Palatinado. Carlos fue avisado e interceptó la correspondencia de los enamorados. El archiduque confrontó a su hermana, a quien descubrió leyendo una carta de Federico. Ambos fueron interrogados individualmente y negaron cualquier compromiso entre ellos. Federico fue expulsado de la corte. Leonor tuvo que renunciar al sueño de la felicidad personal y aceptar su destino como dócil instrumento de la política imperial. Tanto así que Carlos siempre se refirió a ella como "mi mejor hermana".

De Jan Gossaert, 1516, Museo de Arte de Worcester

El 8 de septiembre de 1517, tras la muerte de su abuelo materno, Fernando de Aragón, Carlos partió de Flandes para asumir el trono de Castilla y Aragón. Leonor lo acompañó. A principios de noviembre llegaron a Tordesillas, donde residía su madre y su hermana menor, la infanta Catalina. Esa reunión también tenía un trasfondo político, pues el objetivo era garantizar el consentimiento de la reina Juana para el gobierno de Carlos. Estuvieron presentes el señor de Chièvres y Anne de Beaumont. Cuando Juana los vio, dijo: "Pero, ¿sois mis hijos? Que rápido crecisteis". La reina no reconoció en los jóvenes archiduques a los niños de los que se había despedido once años antes. Después de las honras fúnebres por el descanso de su padre, Felipe, partieron hacia Valladolid.

Reina de Portugal
Después de asumir el poder, Carlos utilizó a su hermana mayor para estrechar lazos con el reino vecino. En un principio, estaba previsto que Leonor se casaría con su primo, el príncipe Juan de Portugal, pero el padre reclamó para sí la mano de la archiduquesa. La novia recibió 200,000 doblas castellanas como dote. Su madre, Juana de Castilla, le otorgó las aguas y predios sin dueño de las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma. La boda por poderes tuvo lugar el 16 de julio de 1518; Álvaro da Costa representó a la persona del rey portugués. El barón de Trazegnies tenía la tarea de entregar a la archiduquesa a su marido e investir al rey de Portugal en la Orden del Toisón de Oro.

El matrimonio se celebró en Lisboa el 24 de noviembre. Para el rey, era su tercera boda y Leonor era sobrina de sus dos primeras esposas. Manuel era veintinueve años mayor que su nueva consorte.  Sin embargo, la diferencia de edad no era precisamente una desventaja, pues era probable que Leonor enviudará pronto y estuviera disponible para nuevas alianzas. 

Casamiento de Santo Aleixo (1541) de García Fernandes. Durante mucho tiempo fue identificada como una representación de la boda de Manuel y Leonor

¿Cómo era la joven reina de Portugal? Las crónicas coinciden en que era una mujer virtuosa, grácil y talentosa. El embajador portugués en Bruselas describió a Leonor como una mujer no fea, pero tampoco muy hermosa. Más tarde, a sus veintiocho años, el embajador veneciano la describió en términos similares: "no fea ni hermosa". Era de tez blanca, cabello claro y con el prominente labio de los Habsburgo.

El 18 de febrero de 1520, Leonor dio a luz a un varón al que llamaron Carlos, como su tío. El feliz acontecimiento no tuvo el impacto habitual, pues el rey ya contaba con varios hijos de su anterior matrimonio. Quince meses después, el infante murió. Para ese entonces, la reina ya se encontraba encinta de nuevo. El 8 de junio de 1521 nació la infanta María. Las madrinas fueron sus hijastras, Isabel y Beatriz, y los padrinos fueron los embajadores del duque de Saboya. 

Infanta María, de Francisco de Holanda, 1540.

La reina Leonor mantuvo una buena relación con sus hijastras. Dada la cercanía de edad, fue más una amistad fraterna que un sentimiento materno. En 1526, la infanta Isabel se casó con Carlos de Austria, lo que las convirtió en cuñadas.

El 13 de diciembre, el rey Manuel murió de peste. Tras este luctuoso suceso, Leonor decidió retirarse al convento de Odivelas. El nuevo rey, Juan III, se enteró de las intenciones de su madrastra y le pidió que esperara indicaciones del emperador. La reina viuda no tuvo más remedio que partir hacia Xabregas, donde dedicó su tiempo a oraciones y caridad. Mientras tanto, los asesores portugueses resolvían la situación de Leonor. Teóricamente, según el contrato matrimonial, la reina viuda podía salir de Portugal con su hija y el valor de sus arras. Pero esto perjudicaría las finanzas del reino, por lo que se sugirió que el rey debía casarse con la viuda de don Manuel. No obstante, Carlos I optó por el regreso de su hermana. En las cortes europeas corrió el rumor de que el rey Juan estaba enamorado de su madrastra.

Juan III de Portugal, de Cristóvão Lopes, Museu de São Roque

El rey de Portugal casi aceptó que la infanta acompañará a su madre, pero la ciudad de Lisboa se opuso. El embajador de Carlos insistió, pero Juan III alegó que él era el legítimo tutor de su hermana. La reina viuda de Portugal viajó a Castilla en mayo de 1523. Fue su hermana menor, Catalina de Austria, quien se casaría con el rey Juan.

Reina de Francia
Leonor estuvo brevemente prometida al duque de Borbón, quien había traicionado al rey de Francia. En 1525, Francisco I fue derrotado en la batalla de Pavía y cayó prisionero del emperador. Leonor estuvo involucrada en las negociaciones de paz entre Carlos y Francisco. Luisa de Saboya, madre de Francisco, escribió a Leonor, quien le respondió en mayo de 1525 expresando su compromiso de garantizar la paz entre ambos monarcas. Al año siguiente se firmó el Tratado de Madrid, por el cual, Leonor fue prometida a Francisco de Francia. Sin duda, esa era una mejor perspectiva que casarse con un duque que había traicionado a su propio país. El 19 de enero de 1526, Leonor y Francisco se prometieron en matrimonio por poderes.

Leonor viajó con Germana de Foix, viuda de su abuelo Fernando, desde Toledo a Illescas, donde se reuniría con Francisco y Carlos. Cuando se conocieron, Leonor se arrodilló frente a su futuro marido y se dispuso a besarle la mano. Francisco la levantó diciendo "no es la mano lo que debo darte, sino la boca". Después la besó y la llevó del brazo. En esos días de festejos, Francisco se mostró amable y galante con su futura esposa. Pero Carlos fue cauteloso y no permitió que estuvieran solos, pues temía que el rey francés no cumpliera con las disposiciones del tratado. Francisco regresó a Francia en marzo de 1526.

Francisco I con Leonor, atribuido a la Escuela Francesa

Francisco fue liberado a cambio del cautiverio de sus hijos, el delfín y el duque de Orleans. Leonor sufrió una decepción, pues una vez libre, Francisco se negó a cumplir con los términos del Tratado de Madrid y las hostilidades se reanudaron. Estas se prolongaron hasta a agosto de 1529, con la Paz de Cambrai (también llamada Paz de las Damas), negociada por Margarita de Austria y Luisa de Saboya. Se acordó la liberación de los rehenes franceses, así como el reconocimiento de Leonor como esposa de Francisco. El 20 de marzo de 1530 se celebró el matrimonio por poderes. Leonor y sus hijastros emprendieron el viaje hacia Francia.

Leonor fue recibida con afecto y alegría por el pueblo francés, ya cansado de las guerras contra el emperador. El condestable Montmorency admiraba a la nueva reina y la presentó al país como un símbolo de paz. Fue coronada el 31 de mayo de 1531 en Saint-Denis. Mientras la reina entraba solemnemente a París, en una litera tapizada con telas de oro y vestida con túnicas de púrpura y armiño, el rey Francisco fue visto en una ventana acompañado por su amante, Ana de Pisseleu, permaneciendo con ella durante más de dos horas. Al año siguiente, en las fiestas celebradas en su honor en la ciudad de Rouen, el poeta Theodore de Bèze comparó a la reina Leonor con Helena de Troya: "pero si ambas son bellas, la belleza de una desencadena la guerra, la belleza de la otra consolida la paz".

Esta unión no colmó sus expectativas personales y políticas; Leonor no influía en su marido, ni tuvo descendencia con él. Francisco no estaba interesado en su esposa, quien seguramente le traía recuerdos de su cautiverio en España.  Sus tirantes relaciones con el emperador tampoco ayudaban mucho. Para ese entonces, Leonor ya había perdido su belleza. Su salud se tornó delicada y padecía elefantiasis (una enfermedad que causa hinchazón, especialmente en las piernas).  Incluso cuatro años antes de su boda con Francisco, se informó que se había vuelto corpulenta, de rasgos gruesos y con manchas rojas en la cara "como si tuviera elefantiasis".

De Joos van Cleve, 1530, Museo Condé

Al no poder ejercer influencia alguna que pudiera beneficiar a su hermano, la reina Leonor se dedicó a una vida piadosa y discreta. No hablaba con su esposo muy a menudo y, cabe resaltar, el idioma no era una barrera, pues Leonor dominaba el francés. La hermana del rey, Margarita de Angulema, le dijo al duque de Norfolk que no había hombre menos satisfecho con su mujer que su hermano.

La relación de Leonor con el delfín Francisco fue buena. Además, parecían destinados a convertirse en suegra y yerno, pues él estaba comprometido con María de Portugal. Lamentablemente, el joven murió a los veinte años y fue sucedido como delfín por su hermano Enrique, quien era hostil a los Habsburgo. Luisa de Saboya murió en 1531 y su cuñada, Margarita de Navarra, la ignoró desde el momento en que llegó a Francia.

El 31 de marzo de 1547, muere Francisco I. Viuda y sin hijos, Leonor ya no tenía motivos para permanecer en Francia. Su hijastro, ahora Enrique II, nunca le había demostrado simpatía. El nuevo rey confiscó su dote, ni siquiera aceptó una despedida formal de su madrastra, ni le proporcionó una escolta. La reina viuda de Francia se marchó acompañada únicamente por un mayordomo y dos caballeros leales. En el camino, su equipaje fue registrado, pero Leonor tuvo la precaución en enviar sus joyas a Bruselas con anticipación. Partió a los Países Bajos en  noviembre de 1548. Tras un descanso de tres días en Hal (Bélgica) para recuperarse de unas fiebres, Leonor llegó a Bruselas el 5 de diciembre de 1548, donde recibió una cálida bienvenida. Permaneció en su tierra natal durante los siguientes ocho años.


Últimos años
La reina Leonor representada en busto, con toca de viuda (1550) de Jacques du Broeuq, Museo del Prado.

Carlos presentó su abdicación en 1555 y, al año siguiente, el 15 de septiembre, partió hacia España. Sus hermanas, Leonor y María, lo acompañaron al retiro. Llegaron a Laredo el 28 del mismo mes. Carlos se instaló en el monasterio de Yuste. No tenía intención de participar en el gobierno; su hijo Felipe permaneció en Países Bajos y su hija menor, Juana, se encargó de la regencia en España.

Para Juana de Austria, la llegada de sus tías a Valladolid constituía una carga. Recibió instrucciones de su hermano sobre como arreglar el palacio para acomodarlos a todos (las tías, su sobrino don Carlos y ella misma), trasladando las reuniones del consejo a otro edificio. Fue una situación tensa, incluso para los cortesanos. Una vez enviado de Londres a Valladolid para entregar los mensajes de Felipe, Ruy Gómez declaró que besaría las manos de la princesa Juana, pero no de la reina María de Hungría, porque solo respetaba la autoridad de "mi rey y su heredero". Gómez de esta manera señaló que Juana representaba a los soberanos de España, Carlos y Felipe. En una carta del 6 de noviembre de 1557, Juana describe a Ruy Gómez de Silva el altercado entre sus tías y el suegro de Gómez. Cuando Leonor y María salieron del palacio de Juana, ella confesó estar "extremo contenta porque no he visto peor compañía de la que ellas me hicieron". Leonor y su hermana se instalaron por un tiempo en Guadalajara, en el palacio del Infantado. Sin embargo, pronto se sintieron incómodas, pues el duque no parecía muy contento por recibir a tan importantes huéspedes. 

María de Portugal, duquesa de Viseu (1550-1555) de Antonio Moro, convento de las Descalzas Reales.

Los últimos días de Leonor fueron amargos. Como hermana fiel del emperador, sirvió como peón político y puso su vida al servicio del Imperio. Fue reina de Francia durante diecisiete años, un sacrificio en vano, pues no cesaron las hostilidades. Más de treinta años después,  Leonor esperaba que su única hija viviera con ella en España. Desafortunadamente, los años de separación crearon una brecha que no se podía cerrar. La figura materna en la vida de María fue su tía Catalina de Austria. En 1556, los ocho hijos de Juan III y Catalina habían fallecido, por lo tanto se resistían a alejarse de la infanta a la que habían criado como una hija. 

La reunión tuvo lugar en Badajoz, a principios de 1558. La infanta se mostró distante y no estaba dispuesta a vivir con su madre. Hubo otro motivo de por medio: Felipe planeaba casarse con la hija de Leonor. Esto cambió con el ascenso al trono de María Tudor en 1553, por lo cual, el matrimonio portugués fue descartado. La ruptura del compromiso supuso una afrenta para la corte lusa y complicó el encuentro entre madre e hija. La infanta María, a pesar de su belleza, erudición y riqueza, permaneció soltera y fue recordada como "la eterna novia".

Tras despedirse de la infanta, Leonor y María de Hungría iniciaron el viaje hacia el monasterio de Yuste. En el camino, tuvieron que detenerse en Talavera, donde Leonor sufrió unas fiebres y un ataque de asma que acabó con su vida el 18 de febrero de 1558. Los cuatro niños criados en Malinas siempre fueron muy unidos. Solo Isabel se había adelantado y ahora sus hermanos se le unirían. Leonor, Carlos y María murieron el mismo año. 

Panteón de los Infantes, Monasterio de El Escorial

La reina de Portugal y Francia fue enterrada en la catedral de Mérida. Más tarde, su hermano ordenó que sus restos fueran trasladados al monasterio de Yuste. En 1574, por orden de Felipe II, fueron llevados al monasterio de El Escorial, donde actualmente descansa, en el Panteón de los Infantes.

 


Fuentes:
Márquez de la Plata, V. (2019) Póker de Reinas: Las cuatro hermanas de Carlos V. [Versión Kindle] Ediciones Casiopea, España.

Norwich, J. (2017) Four Princes: Henry VIII, Francis I, Charles V, Suleiman the Magnificent and the Obsessions that Forged Modern Europe. Open Road + Grove/Atlantic. Disponible: https://books.google.com.mx/books?id=AG9IDQAAQBAJ&lpg=PP1&pg=PP1#v=onepage&q&f=false [01/12/20]

Serrano, J.B (2018) As Avis: As Grandes Rainhas que partilharam o trono de Portugal na segunda dinastia [Digital] Esfera dos Livros, Portugal. 

Szászdi León-Borja, István. La reina de Portugal, doña Leonor, y sus propiedades en Canarias. Disponible: https://mdc.ulpgc.es/utils/getfile/collection/coloquios/id/1413/filename/1161.pdf [26/11/20]

Ylä-Anttila, Tupu (2019) Habsburg Female Regents in the Early 16th Century. University of Helsinki, tesis doctoral. Disponible: https://helda.helsinki.fi/handle/10138/307398 [30/11/20]

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