2 feb 2012

El peinado en la Era Tudor



En el siglo XVI, en la mayor parte de Europa las mujeres llevaban el cabello largo, como señal de virginidad y femineidad. Sin embargo, debía ir oculto bajo un tocado o una capucha, y recogido en el caso de las casadas. Salvo en ocasiones, como coronaciones y bodas, se podía llevar el cabello suelto. Una frente grande era bien apreciada, por lo que en ocasiones el cabello era arrancado desde el cuero cabelludo. 


¿Lacio o rizado? 
En los primeros años de la dinastía Tudor, el cabello lacio era muy apreciado y el más utilizado por las damas de la corte. Sin embargo, con la llegada de Isabel I al trono, esta moda cambió y se impuso la cabellera rizada. Los tocados ya no eran tan elaborados, pues ahora se pretendía enseñar los complicados peinados que se pusieron de moda en ese tiempo.






Al comienzo de la era isabelina, los hombres usaban el pelo corto que se hacía más largo a medida que pasaba el tiempo. Pero el pelo largo tenía que ser rizado y  se utilizaban hierros calientes usados ​​para lograr ese aspecto y luego usar cera para mantenerlo en su lugar. Las barbas, que podían ser cortadas en muchas formas diferentes de redonda a cuadrada, de oblongas a puntiagudas, también eran largas y mantenidas en su lugar con almidón.

Color
El color de cabello ideal en esa época era el rubio, combinado con una tez clara. La reina, en cambio, tenía el cabello rojo natural, al igual que su padre y hermanos. Este color llego a ser apreciado debido a que era un  rasgo de la dinastía Tudor. Muchos nobles trataron de imitarlo tiñéndose el cabello con henna. Para obtener el codiciado cabello rubio se usaba un tinte que se hacía con una mezcla de azafrán, semilla de comino, celandina y aceite.





Fuentes:
http://www.sixwives.info/tudor-hair.htm
http://www.beautifulwithbrains.com/